En un mundo cada vez más conectado, controlar quién y cómo accede a la red de una organización es vital para mantener la seguridad. El Control de Accesos de Red, conocido como NAC por sus siglas en inglés, es una tecnología que permite gestionar y restringir el acceso a la red, garantizando que solo dispositivos y usuarios autorizados puedan conectarse.
El NAC funciona verificando la identidad y el estado de seguridad de cada dispositivo que intenta acceder a la red. Esto incluye comprobar si el dispositivo tiene las actualizaciones necesarias, antivirus activo y cumple con las políticas de seguridad establecidas. Si un equipo no cumple con los requisitos, puede ser bloqueado o restringido a una red de cuarentena para evitar posibles riesgos.
Esta solución no solo protege contra accesos no autorizados, sino que también ayuda a prevenir la propagación de amenazas internas y ataques que puedan originarse desde dispositivos comprometidos. Además, permite una visibilidad completa del ecosistema de dispositivos conectados, facilitando la gestión y el monitoreo continuo.
Implementar NAC es fundamental para organizaciones que manejan información sensible o que deben cumplir con regulaciones estrictas de seguridad. La capacidad de controlar y auditar el acceso a la red contribuye a reducir riesgos, mejorar la conformidad y fortalecer la postura de seguridad general.
En resumen, el Control de Accesos de Red es una barrera esencial en la estrategia de ciberseguridad que protege la red desde el primer punto de conexión. Su adopción garantiza que solo los usuarios y dispositivos confiables formen parte del entorno digital, resguardando la integridad y disponibilidad de los recursos.



